jueves, 14 de abril de 2011

El más allá esperado.

Quienes, tras el cuestionamiento del más allá, anhelan su existencia, pueden encontrar en las cosmovisiones religiosas una esperanza. Pero para expresarla habrá que recurrir al lenguaje simbólico. Espero no herir ninguna susceptibilidad y ayudar a los creyentes y a los no creyentes para que crean un poco más.
El más allá esperado os lo voy a contar a partir de una fábula que me he leido de un libro de bioética.
Comienza así:
¿ Cómo se vería el nacer desde dentro del seno materno?. Es una leyenda que personifica antropomórficamente las células del seno materno y pone en sus labios la admiración ante la nueva vida.
Aquellas celulitas vieron un día aterrizar en el útero algo así como una nave espacial que se adhirió a la pared cerca de ellas. Es que había descendido por las trompas de Falopio un óvulo fecundado y estaba empezando su implantación o anidación en el seno materno. Durante meses lo ven desarrollarse, tomar forma, palpitar y comenzar a flotar nadando en aquel espacio. Se encariñan con la criaturita. Pero hete aquí que, de pronto, se agita todo: un terremoto, convulsiones, corrientes de agua... y la criaturita se les escapa por un túnel oscuro. Intentan retenerla, pero alguna fuerza tira más fuerte desde fuera. Aquellas celulitas se quedan solas y tristes en el interior del seno materno, llorando por la criatura desaparecida. Organizan un funeral por su muerte, pero les molestan los ruidos del exterior. No sabían que allá fuera se estaba celebrando con júbilo el nacimiento. Desde dentro del seno materno se vería como una muerte lo que desde nuestro lado es un nacimiento. ¿ No ocurrirá lo mismo con la muerte? ¿ No será que la muerte sólo se ve como muerte desde aquí, desde lo que llamamos <<vida>>, y, en cambio es un nacimiento vista desde el más allá?
En dicha fábula se une la antropología del morir con la teología de la esperanza, que ve la muerte como la entrada en la vida definitiva.